En el post de hoy vamos a hablar sobre la estabilidad al fuego de las estructuras metálicas de naves industriales para cumplir con el Real Decreto 2267/2004 por el que se aprueba el Reglamento de seguridad contra incendios en los establecimiento industriales.
Es sabido que la estabilidad al fuego de la estructura de nuestra nave industrial dependerá algunos factores tales como caracterización y nivel de riesgo intrínseco del establecimiento industrial así como de otros factores específicos de configuración como pudiera ser tipo de planta o existencia de algún medio de protección activa. En función de lo mencionado, nuestra estructura tendrá que tener una estabilidad al fuego en minutos determinada, caracterizada con el parámetro R y una cifra que representa estos minutos.
Para llegar a esta estabilidad al fuego deseada que cumpla la normativa, partimos de la propia que tiene la estructura sin aplicar ninguna medida de protección, y que en la mayoría casos es inferior a la reglamentaria por lo que se hace necesario adoptar medidas de protección pasiva complementarias que nos garanticen los minutos que diga el Real Decreto 2267/2004. Esto lo conseguiremos principalmente con la aplicación de paneles resistentes al fuego, pinturas intumescentes o morteros.
En este aspecto, un problema que surge y que a veces se trata a la ligera o no se conoce en profundidad, es qué temperatura crítica de la estructura de acero considerar puesto que ésta puede oscilar entre 400 ºC y 700 ºC, siendo los resultados que podemos obtener totalmente distintos en función de la elección en ese intervalo.
Generalmente se adopta una temperatura crítica de la estructura de acero de 500 ºC en función de la cual obtendremos las masividades correspondientes de perfiles que al final nos determinarán el tiempo en minutos o estabilidad al fuego que tiene nuestra estructura sin proteger.
La variación en la consideración de esta temperatura crítica hará que los resultados obtenidos cambien de manera elevada, por lo que es nuestra obligación como técnicos el determinar y fijar de manera correcta la temperatura crítica de la estructura objeto de estudio. Dejando este parámetro bien claro y definido nos aseguraremos entre otras cosas que las soluciones posteriores de ignifugación partan desde una base correcta y no se produzcan desvíos presupuestarios que a primera vista nos resultarán muy llamativos, pues para llegar a conseguir por ejemplo un R60 con pintura intumescente no tendrá el mismo coste si consideramos una temperatura crítica de nuestra estructura de 500 ºC que si la establecemos en 600 ºC, hecho que ocurre a veces y es objeto de picaresca.
Te dejo el enlace de algunos proyectos de instalación de protección contra incendios en establecimientos industriales que podrán ayudarte en tu trabajo.
¿Piensas que se trata bien este asunto siempre en las instalaciones del día a día?